El naufragio en 1999 del petrolero Erika en la costa francesa junto al hundimiento del Prestige tres años después en la española, fueron el detonante para crear un organismo que actuase como brazo técnico y operativo de los responsables de la UE, con capacidad para abordar estos retos de la seguridad marítima.
Además, hay que tener en cuenta que en aguas comunitarias pueden llegar a contarse más de 20.000 buques mercantes simultáneamente.
En este contexto se crea, en 2003, la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA).
Ahora, los 28 Estados miembros han respaldado el compromiso preliminar alcanzado entre el Consejo y el Parlamento Europeo para financiar las acciones de la EMSA, en el ámbito de la lucha contra la contaminación marítima causada por vertidos de hidrocarburos y de instalaciones de gas, entre los años 2014 a 2020 .
La dotación financiera para este período comprendido entre 1 enero 2014 a 31 diciembre 2020 será de 160.500.000 euros, si bien deberán concretarse las cantidades anuales.
Entre las acciones a desarrollar por la EMSA con esta financiación se plantea, fundamentalmente, la asistencia operativa, es decir, la detección y limpieza de los vertidos ya autorizados durante 2013. Además, cubrirá actividades de información, cooperación y coordinación.
La agencia tiene capacidad para contratar una red de buques “anticontaminación” que pueden entrar en acción rápidamente, en 24 horas, para complementar la capacidad de respuesta de los Estados miembros.
Así, cualquier país costero de la UE afectado puede solicitar esta asistencia a través del Mecanismo de Protección Civil Europeo.
La EMSA también proporciona un servicio, el CleanSeaNet, para la detección de mareas negras a partir de imágenes por satélite. Está especialmente pensado para detectar y perseguir los vertidos que se producen cuando los buques limpian sus depósitos de petróleo en el mar.
El coste de las operaciones de limpieza será cubierto por los Estados miembros, mientras que la agencia se hará cargo de los contratos de la red de buques de limpieza durante el periodo de inactividad.
Este nuevo reglamento que, en definitiva, tiene por objeto garantizar que la agencia cuente con los fondos necesarios para desarrollar sus competencias de vigilancia y respuesta a situaciones de contaminación causadas por buques e instalaciones de gas, deberá pasar aún por el pleno de la Eurocámara que se celebrará en abril.
Seguidamente, será el Consejo y los 28 quienes aprueben formalmente esta nueva normativa que entrará en vigor con efecto retroactivo desde el 1 de enero de 2014.