El puerto de Rotterdam encabeza la clasificación de puertos europeos con mayor tráfico de mercancías de la UE, con un total de 395,6 millones de toneladas.
En el top 10 se sitúan dos puertos españoles: Algeciras en quinta posición con un tráfico de mercancías de 74,6 millones de toneladas, lo que supone un incremento del 8,5% con respecto a 2011; y, Valencia que se sitúa en décimo lugar con 54,2 millones de toneladas.
Son las principales cifras que ha publicado Eurostat sobre la actividad portuaria y tráfico de mercancías de los 28 Estados miembros, referidas al pasado año 2012.
Los puertos europeos son las puertas del Viejo Continente. Prueba de ello es que el 74% de las mercancías extracomunitarias se envía a través de los puertos. Y también resultan fundamentales para el comercio intraeuropeo ya que anualmente mueven el 37% del tráfico intracomunitario de mercancías y 385 millones de pasajeros.
Teniendo en cuenta su peso en la economía global de la UE, no hay que obviar los tres grandes retos a los que, según destacan los expertos, se enfrentan los puertos europeos a medio y largo plazo: crecimiento del tráfico de mercancías, diferencias en el rendimiento, así como los cambios en el transporte marítimo.
Previsión de gran crecimiento
Las expectativas de crecimiento sitúan los volúmenes de carga con un crecimiento del 50 % de aquí a 2030, una cifra que podría aumentar aún más “si se tiene en cuenta el rápido crecimiento del tráfico de contenedores”.
El crecimiento económico se verá amenazado por el riesgo de congestión y por costes externos muy elevados.
Ante esta circunstancia, se haría necesaria la ejecución de grandes proyectos de infraestructuras, previa aprobación de un marco regulador adecuado para atraer a los inversores.
Desfase estructural de rendimiento
Como revelan los datos de Eurostat, la eficiencia de los puertos varía considerablemente en Europa.
No todos ellos tienen el mismo nivel de rendimiento y, además, en los últimos años se ha producido un desfase significativo entre los puertos que se han adaptado a los nuevos requisitos logísticos y económicos y aquellos que se han quedado atrás.
Estas diferencias de rendimiento generan desvíos del tráfico, trayectos marítimos y terrestres más largos y, por último, más emisiones procedentes del transporte y más congestión.
Asimismo, tienen efectos negativos en las oportunidades comerciales de los puertos que funcionan bien, que no pueden promover las conexiones marítimas de corta distancia hacia regiones con puertos de bajo rendimiento.
La respuesta pasa por una modernización de los servicios prestados, una mejora de la conexión y garantizar que todos ellos son capaces de ofrecer el mejor servicio posible.
Evolución de la naturaleza del transporte marítimo
El tamaño y la complejidad de la flota no deja de aumentar: buques porta-contenedores de gran tamaño junto a nuevos tipos de transbordadores ro-ro y buques gaseros.
Los puertos deberán adaptarse a este tipo de buques más grandes cuyo objetivo último es acoger más carga y mayor número de pasajeros.
Además, la utilización de buques más grandes para el transporte marítimo de corta distancia y los servicios de enlace creará nuevas necesidades en términos de eficiencia energética, suministro de combustibles alternativos y comportamiento ambiental.
También las últimas tendencias en el campo de la logística y de los sistemas de distribución atraen más servicios de valor añadido para las zonas portuarias.