El día 15 de agosto de 2014 se cumplen 100 años de la inauguración del Canal de Panamá, un siglo de compuertas abiertas a la conectividad: 144 rutas marítimas que llegan a 1.700 puertos en 160 países.
Durante su construcción entre 1904 y 1914, participaron 45.000 trabajadores. De ellos, casi la mitad, procedía de algunas de las islas de las Antillas británicas, principalmente de Barbados.
Referente histórico en el campo de la ingeniería y la tecnología moderna desde su construcción, el Canal ha destacado por los primeros usos masivos de la electricidad para operar las esclusas pasando por su pionera señalización marítima, hasta las comunicaciones digitales para hacer más eficiente el tránsito de los buques.
Con la apertura de esta vía interoceánica se vio modificado el comercio mundial en la medida que suponía la reducción de las distancias, los tiempos y los costes del transporte de mercancía entre los centros de producción y consumo.
La conectividad, por tanto, posiciona a Panamá como un centro de transporte, logística y servicios todavía con mayores oportunidades de desarrollo a partir de la ampliación del Canal.
Países como EEUU, China, Chile y Japón son los principales usuarios que operan en el Canal con portacontenedores y graneleros, fundamentalmente.
Entre las rutas de mayor competencia, en primer lugar se encuentra, como es lógico, el Canal de Suez que conecta Europa-Africa-Asia con la costa este de EEUU. Además, hay que tener en cuenta que, en este momento, países como Guatemala, Honduras, Nicaragua o México están evaluando sus propios proyectos para competir con el Canal centenario.
No obstante, con 80 kilómetros de océano a océano, según la ONU, Panamá es el país de América Latina con mayor conectividad impulsado por la operación del Canal. Y es que cuenta con un único puerto con terminales en dos océanos, un centro de trasbordo aéreo, un ferrocarril interoceánico, una red de telecomunicaciones con la última tecnología y un centro de servicios financieros y comerciales de alcance mundial.
Hay que destacar, también, que desde el año 2000 el Canal de Panamá ha mantenido una alianza natural con su entorno y las comunidades que habitan la Cuenca Hidrográfica del Canal, con el fin de conservar el ambiente del área y proteger el recurso hídrico, vital para el consumo de la mayor parte de la población del país y la operación de la vía interoceánica.