Según el informe semestral de Shipping Review & Outlook de Clarksons, el comercio marítimo mundial cayó un 0,5% en 2022, llegando a los 11.900 millones de toneladas (Mt). Esta caída se debió a la desaceleración de la economía mundial, ocasionada por la inflación, el aumento de los tipos de interés y el lento crecimiento de China. Aunque algunos datos negativos han empezado a moderarse a principios de 2023, con un crecimiento del comercio marítimo del 1% interanual en el primer trimestre, la economía mundial sigue siendo vulnerable.
Según las previsiones de Clarksons, se espera que en 2023 se transporten por mar 12.100 Mt de mercancías (+1,6%) y 12.500 en 2024 (+2,8%). La divergencia entre el crecimiento del comercio relacionado con la energía y el no energético sigue aumentando. En 2022, el comercio relacionado con la energía repuntó un 4%, mientras que el no energético descendió un 3%. Las previsiones para 2023 son un aumento de un 3% y un 1%, respectivamente.
El informe muestra cierto optimismo para el sector de los graneles sólidos debido al aumento de la actividad china, que ha sido una buena señal para este segmento del mercado. Además, la reorganización de las matrices de transporte de petróleo por vía marítima debido a la invasión de Ucrania ha provocado que Clarksons revise al alza sus previsiones de crecimiento de la demanda de crudo y productos del petróleo.
Las perspectivas para todos los segmentos, excepto los portacontenedores, son positivas. Los fletes de car carriers han alcanzado máximos históricos debido a la congestión portuaria, el aumento de la distancia media y el crecimiento de la demanda de transporte marítimo de vehículos eléctricos. Los ferries se acercan a los niveles anteriores a la pandemia.
Por el contrario, el mercado de los portacontenedores ha sufrido una fuerte corrección, con un descenso de los niveles de fletes del 80% respecto al inicio de 2022. Clarksons prevé que la oferta crecerá un 7% este año y que la demanda descenderá un 1%, por lo que es probable que este mercado aún no haya «tocado fondo».
El informe también destaca que la cartera de pedidos global está cerca de su mínimo histórico, y la capacidad de los astilleros está un 40% por debajo de su nivel máximo. Los efectos de la entrada en vigor de las nuevas normas medioambientales de la OMI son complejos e inciertos, pero existe la posibilidad de que se produzca un aumento de la volatilidad de los fletes. Los buques con tecnologías ‘verdes’ representan un 30% de la capacidad de la flota y aquellos preparados para usar combustibles alternativos suponen un 60% en arqueo de los nuevos encargos desde el inicio de 2022.