Recoge este Marco Estratégico un rumbo compartido hacia un escenario renovado de los puertos de interés general a ser alcanzado en el año horizonte 2030. Un escenario en el que, además de continuar detentando el mejor posicionamiento comercial posible en las redes de transporte y logística, los puertos de interés general se convierten en referencias para el despliegue de la transformación digital y energética, en aras a la eficiencia, conectividad, seguridad y sostenibilidad del propio sector y por ende del conjunto de la economía. Cabe concebir en ese escenario deseable un despliegue de puertos inteligentes, hiperconectados y sincromodales, capaces de optimizar la gestión de las corrientes de carga, de pasajeros, de elementos de transporte, de datos, de energía y de todo tipo de recursos, en sus propios contextos económicos y ambientales, por muy cambiantes que éstos sean. También se hace valer con rotundidad en este documento, un reconocimiento social generalizado de los puertos, como instrumentos al servicio de las personas, tanto las que habitan en las ciudades adyacentes como las ubicadas en sus áreas de influencia. Para todo ello, se redunda en este Marco Estratégico en un impulso efectivo desde el sistema portuario de interés general de la innovación en todas sus vertientes, la incremental y la disruptiva, como principal palanca para su urgente transformación.
La travesía para alcanzar un escenario de tal naturaleza no podrá ser afrontada sin la definición de indicadores medibles asociados a una serie de metas prefijadas. Se incluye en este Marco Estratégico un conjunto de metas, tan ambiciosas como realistas, a modo de expresión cuantitativa de un total de 56 objetivos generales de gestión, encuadrados en 16 líneas estratégicas, 7 criterios de actuación y 3 dimensiones. Ello con el fin de poder aplicar un dispositivo de seguimiento regular del avance progresivo en la consecución de las metas, a través de la medición sistemática de indicadores. Es obvio que, en tiempos de incertidumbre y complejidad, no es posible prever con exactitud el contexto en que se van a desenvolver los puertos en el medio plazo. Ello aconseja la adopción de un criterio de reaprendizaje sobre el conocimiento de los valores que van adoptando los indicadores en cada momento; criterio que servirá para poder plantear en 2025 una posible revisión de metas del Marco Estratégico.
Se estima que, con los recursos humanos adecuados, las metas fijadas en este documento son alcanzables con el actual modelo de gobernanza del sistema portuario de interés general. El Marco Estratégico tiene por objeto definir qué puertos queremos para el 2030 con independencia del tipo de organización que rija en cada momento. No obstante, se estima aconsejable crear un foro de gobernanza portuaria, constituido en el seno del propio sistema portuario, del que pueda emanar una propuesta ampliamente consensuada de reforma portuaria, si con ello se aprecian más fácilmente alcanzables las metas fijadas. En el propio documento se exhorta a apoyar la gobernanza de los puertos en dos pilares claves. Por un lado, el refuerzo de las Autoridades Portuarias como agentes públicos garantes del interés general y líderes de la oferta integral del puerto. Se trataría de Autoridades Portuarias co-emprendedoras y co-creadoras, en las dimensiones económica, ambiental y social, en coordinación con el resto del sector público, y en alianza con el sector privado, tanto el que está a cargo de los servicios portuarios y comerciales como el que abarca sus clientes intermedios y finales. Por otro lado, bajo un contexto de competencia entre puertos, o más concretamente entre terminales, avanzar hacia un marco de concertación interportuario, mediante esquemas de cooperación y colaboración, que permita acumular potencia y economía de escala suficientes como para asegurar las metas marcadas en un mercado altamente globalizado donde concurren empresas multinacionales muy concentradas.
Sobre estas premisas, el presente Marco Estratégico se constituye en una referencia para las distintas figuras que componen la planificación de los puertos de interés general. Tales figuras son los Planes Estratégicos, los Planes Directores de Infraestructuras y los Planes de Empresa. Por su regularidad y su carácter operativo y presupuestario, será en el ámbito de los Planes de Empresa donde se comparta entre Puertos del Estado y cada Autoridad Portuaria, la evaluación con frecuencia anual, de indicadores del presente Marco Estratégico; algo que ya se ha iniciado de hecho.
Conforme al marco legal que regula el sistema portuario de interés general, corresponde al Marco Estratégico del sistema portuario, fijar las necesidades de sus recursos humanos. Obedece este precepto a una lógica correlación entre los objetivos que se persiguen y los recursos que se requieren para alcanzarlos. Es preciso dejar claro que sin una sustancial renovación y reestructuración del capital humano de los organismos portuarios no será posible alcanzar las metas establecidas en el propio Marco Estratégico. La profunda transformación de las actividades y procesos dígito-operacionales, energético-ambientales y socio-estructurales, necesaria para hacer frente a los desafíos que se presentan a medio plazo, obliga a reorientar con urgencia el talento y las capacidades de las personas que trabajan en el sector público portuario para acomodarlas a nuevos perfiles avanzados. En este sentido, este nuevo Marco Estratégico recoge una colección de acciones en materia de capital humano que resultan ser vitales para la consecución de sus objetivos, muy particularmente, una extensión de las plantillas de los Organismos Portuarios, así como una reestructuración de su personal excluido de convenio.