La gente de mar deja de estar jurídicamente a la deriva

En marzo de 2014, el número de buques mercantiles abandonados ascendía a 159, según datos de la OIT. Algunos de ellos, son casos aún pendientes de resolver desde 2006.

La consecuencia es que muchos marinos abandonados trabajan a bordo de buques sin percibir su salario, a menudo durante varios meses, y carecen de provisiones de alimentos y agua, atención médica o medios para volver a sus lugares de origen.

Y es que trabajando lejos de sus hogares, los marinos son vulnerables al potencial abandono en puertos extranjeros cuando existe algún tipo de incumplimiento por parte de los armadores.

Durante el primer Comité Tripartito Especial (establecido en virtud del Convenio OIT sobre el trabajo marítimo), celebrado del 7 al 11 de abril 2014 en Ginebra, más de 300 representantes de los países marítimos líderes a nivel mundial, de la gente de mar y de los armadores han analizado esta cuestión primordial para los hombres y mujeres de este sector “que desempeñan un papel central en mantener activa la economía real, con alrededor de 90% del comercio mundial transportado por buques”, afirma el director general de la OIT, Guy Ryder.

Igualmente, porque la gente de mar está expuesta a condiciones de trabajo difíciles y a riesgos laborales particulares, la segunda de las medidas sobre la mesa de este Comité: la provisión de garantía financiera para asegurar el pago de una indemnización en caso de muerte o incapacidad como resultado de un accidente laboral, enfermedad o  riesgo profesional.

Es la primera vez en la historia marítima que ambas problemáticas de la gente de mar se tratan en un instrumento jurídico internacional vinculante.

Si bien el trabajo previo de estas medidas se lleva desarrollando hace años por un Grupo Mixto constituido por la OIT y la OMI, no ha sido hasta la entrada en vigor del Convenio cuando se han dado las condiciones ideales para dar el último impulso a estas propuestas clave presentadas de manera conjunta por representantes internacionales de armadores y de la gente de mar.

Y todo ello propiciado por el carácter innovador del Convenio que, en su contenido, contempla la posibilidad de ser actualizado fácilmente para hacer frente a las necesidades cambiantes de la gente de mar y del sector del trasporte marítimo.

Son enmiendas que, adoptadas por unanimidad, van a fortalecer el contenido del Convenio y que serán presentadas en mayo a la Conferencia Internacional del Trabajo para su aprobación.

Bajo las nuevas disposiciones, los barcos deberán tener certificados u otros documentos que establezcan la existencia de una garantía financiera para proteger a los marinos que trabajan a bordo. El incumplimiento de esta disposición puede implicar que el barco sea detenido en un puerto.

Garantizarán, por tanto, que los marinos no sean abandonados y, además, establecerán con claridad la responsabilidad de los Estados de pabellón de verificar que exista una garantía financiera adecuada para cubrir el costo del abandono y el pago de las reclamaciones de indemnización.

En definitiva, al adoptar estas enmiendas, los armadores y los Estados están respaldando unas disposiciones dirigidas a “garantizar igualdad de condiciones para un transporte marítimo de calidad en todo el mundo”, tal como reconoce la OIT.