Las crecientes actividades y competencias en el espacio marítimo tales como las energías renovables, la acuicultura y otros sectores en desarrollo, requieren una gestión eficaz y sostenible que evite posibles conflictos y permita que se complementen distintas actividades.
Este es el principal objetivo de la recién aprobada Directiva sobre la ordenación del espacio marítimo, donde se establecen los requisitos mínimos para la elaboración de planes nacionales para mejorar la coordinación de las distintas actividades que tienen lugar en el mar.
Y es que en las zonas marítimas y costeras muchas actividades compiten por el mismo espacio y recursos: caladeros, explotaciones acuícolas, zonas marinas protegidas, así como infraestructuras marítimas tales como cables, conducciones, vías navegables e instalaciones de petróleo, gas y energía eólica.
De ahí que la ordenación del espacio marítimo (OEM) sea una pieza esencial para mejorar la comprensión de la distribución de los recursos marinos y ofrecer a los inversores una mayor certidumbre en cuanto al desarrollo económico potencial.
Con la ordenación del espacio marítimo, los operadores ven resueltas las dudas sobre el dónde, cuándo y cuánto de una actividad marítima, contribuyendo, así, a impulsar el desarrollo de fuentes y redes de energías renovables, establecer zonas marinas protegidas y facilitar la inversión en petróleo y gas.
También se convertirá en un instrumento jurídico para evitar el exceso de legislación actual y la complejidad administrativa. Por ejemplo, en algunos países es necesario entrar en contacto hasta con nueve organismos públicos para obtener una licencia para un emplazamiento de acuicultura en alta mar.
Tal y como explica la Comisión Europea, con una mejora de coordinación, por ejemplo, podría agilizarse en uno, dos o tres años las inversiones en instalaciones de acuicultura en alta mar o en energías renovables, lo que se traduciría en unos beneficios económicos de 60 a 600 millones de euros de aquí a 2020.
Además, se espera que la ordenación del espacio marítimo contribuya también a una aplicación más eficiente de la legislación ambiental de la UE en aguas marinas y ayude a los Estados miembros a alcanzar un buen estado medioambiental de sus aguas.
Asimismo, el nuevo texto será esencial en la cooperación transfronteriza de forma que puedan establecerse redes coherentes de zonas marinas protegidas, oleoductos, parques eólicos, etc.
Los veintiocho deberán transponer la Directiva en 2016 como fecha límite, al tiempo que deberán designar a la autoridad competente responsable de la aplicación de la ordenación del espacio marítimo. Además, tendrán de plazo hasta 2021 para elaborar los planes con contenido y estrategias adaptados en función de las prioridades económicas, sociales y medioambientales específicas de cada Estado.