La navegación de los barcos y su velocidad es esencial para controlar el consumo de combustible y los costos relacionados. Esta velocidad puede ser influenciada por factores como las tarifas de flete o los esfuerzos recientes para disminuir las emisiones. Según investigaciones de Clarksons, desde el 2000, la velocidad promedio de los barcos ha disminuido, con caídas de hasta un 30% en ciertos segmentos. Estas velocidades también han fluctuado año tras año debido a condiciones de mercado.
Durante 2023, esta tendencia ha continuado. Con la reciente implementación de normativas de la Organización Marítima Internacional (OMI) relacionadas con la eficiencia energética y las emisiones de carbono, se prevé que muchos operadores opten por la «navegación lenta» para estar en conformidad. Según Clarksons, mientras algunas embarcaciones han registrado velocidades mínimas, otras han visto incrementos leves debido a condiciones de mercado favorables.
Específicamente, tanto los portacontenedores como los graneleros han experimentado velocidades más bajas este año. Por ejemplo, los portacontenedores tuvieron una reducción del 3% en su velocidad promedio durante los primeros ocho meses, marcando un mínimo de 13,7 nudos en febrero. Aunque subió ligeramente en el tercer trimestre, sigue siendo baja comparado con años previos. Los graneleros también vieron una caída del 2% en su velocidad en el mismo período. Los metaneros, a pesar de buenos precios de flete, redujeron su velocidad en un 1%.
En contraste, los petroleros vieron un aumento en sus velocidades. El sector del crudo incrementó su velocidad promedio en un 2% y el sector de productos en un 0,4%, debido a las condiciones de mercado favorables. Sin embargo, estos aumentos son menores en comparación con períodos pasados.
Un examen detallado de la información proporcionada por Clarksons indica que las embarcaciones más antiguas han disminuido más su velocidad. Por ejemplo, en el sector de los gaseros grandes, a pesar de un mercado robusto, los barcos más antiguos han reducido sus velocidades en un 2%, mientras que los más modernos y ecológicos han incrementado su velocidad en un 1%. Los metaneros con turbinas de vapor vieron una caída del 2% en su velocidad. En otros segmentos, la disminución ha sido más leve, con barcos diésel eléctricos reduciendo su velocidad en un 0,9% y los de dos tiempos en un 0,7%.