Del cielo al mar: los drones se sumergen en los océanos

Han estado volando durante varios años, pero los vehículos no tripulados ya han llegado a nuestros océanos. Y es que aunque cuando hablamos de drones lo primero que se nos viene a la cabeza son los vehículos aéreos  no tripulados, lo cierto es que existen varios de tipo submarino con aplicaciones que están revolucionando los océanos.

La principal misión de estos vehículos submarinos es la de transportar sensores mediante los que se realiza una misión. Estos sensores suelen ser sónares, aunque también pueden embarcar cámaras u otro tipo de sensórica para realizar acciones de diferentes tipos, como tomar muestras de agua para analizarla.

Tipos

Los ROV (Remote Operated Vehicle) son los drones submarinos más antiguos. Como su propio nombre en inglés indica, son vehículos pilotados remotamente a través de un cable umbilical por el que están conectados a una embarcación y a un ordenador de control. Desde este, se transmite energía y las instrucciones para su control. Si el ROV lleva una cámara incorporada, este cable permitirá además que la persona que esté controlando el remoto vea imágenes en tiempo real.

Los AUV (Autonomous Underwater Vehicle) son drones submarinos autónomos. Esto significa que el piloto programa una misión concreta y el robot desempeña el cometido por sí mismo, sin necesidad de un control remoto. En este caso también nos podemos encontrar con barcos de superficie.

Los Gliders son también conocidos como ‘planeadores’ debido a la usencia de un motor en su estructura. Estos drones navegan con los cambios de densidad de una ‘vejiga’ que se hincha o deshincha y unas ‘alas’ que le ayudan a dirigirse a un lugar u otro. La ventaja de estos vehículos es que tienen meses de autonomía, permitiendo así hacer grandes recorridos en misiones como la toma de datos del estado y composición de las aguas en distintas profundidades.

Aplicaciones

Pero, realmente, ¿qué aplicaciones tienen los drones submarinos? Hasta el momento, la mayoría del trabajo que se pretende llevar a cabo con estos aparatos es el que actualmente están realizando los buzos, y que se podría resumir en estos cinco puntos:

  • Inspección. Tanto de los cascos de los barcos, obligatorio por ley con cierta periodicidad, como de diferentes tipos de instalaciones sumergidas, cada vez más presentes en el océano, como parques eólicos, pozos de extracción, infraestructura de cableado submarino, etc.
  • Detección de vertidos en el mar. Los petroleros descargan su cargamento en unas boyas a cierta distancia de los puertos. Los drones submarinos podrían avisar de cualquier fuga.
  • Muchas de las aplicaciones están centradas en la inspección ambiental, desde comprobar el estado de las aguas, la contaminación, salinidad o incluso para hacer un inventario de la fauna y la flora marina.
  • Cartografía marina. Algunos de estos vehículos pueden cumplir la misión de trazar un mapa del fondo marino.
  • Salvamento y rescate, así como la búsqueda de personas u otros elementos en el océano.